En un ambiente que recuerda más a las rebajas navideñas que a un día cualquiera, los clientes de Apple no han dudado en lanzarse a las tiendas para hacerse con un nuevo iPhone. Todo esto sucede justo antes de que entren en vigor unos nuevos aranceles recíprocos el próximo 9 de abril. La incertidumbre está en el aire y, como bien dice uno de los empleados que prefirió permanecer en el anonimato, «casi todos los clientes me preguntan si los precios van a subir pronto».
Una avalancha inusual
Las tiendas han visto cómo se llenaban hasta los topes, como si se tratara de esas épocas del año donde todo el mundo quiere lo último. Según informan varios trabajadores, las ventas durante el 5 y 6 de abril superaron las cifras habituales para estas fechas. Pero lo curioso es que Apple no ha dado ninguna directriz clara sobre cómo manejar la situación con sus clientes, dejando un ambiente tenso y cargado de expectativas.
Estrategias ante la tormenta
A pesar del panorama incierto, Apple ha estado trabajando tras bambalinas. Se habla de aviones repletos de iPhones enviados desde India hacia Estados Unidos durante la última semana de marzo. ¿El objetivo? Tener suficiente stock para evitar aumentos inesperados en los precios. Si esto no fuera suficiente, también están importando dispositivos desde China, aunque ese camino es mucho más caro debido a impuestos exorbitantes.
Mientras tanto, la acción en bolsa ha sido todo menos favorable; las acciones han caído casi un 20% desde la semana pasada. Sin embargo, Apple guarda silencio sobre este tema tan candente y parece estar esperando su llamada trimestral programada para el 1 de mayo para aclarar su plan frente a esta tempestad.
