Hoy nos llega una noticia que no deja de preocuparnos, y es que Apple ha llegado a un acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos por una serie de violaciones relacionadas con el manejo de residuos peligrosos en su planta de semiconductores en Santa Clara, California. Sí, aunque parezca increíble, la compañía había fallado en aspectos tan básicos como etiquetar correctamente los contenedores de residuos peligrosos y controlar las emisiones del aire desde un tanque de disolventes.
Un Problema Cerca de Casa
La EPA decidió investigar tras recibir una denuncia que puso sobre la mesa lo que muchos ya sospechaban. Los problemas eran graves, y aunque Apple ha solucionado estos temas instalando dispositivos para controlar las emisiones y asegurándose de cumplir con la Ley de Conservación y Recuperación de Recursos, esto nos lleva a cuestionar: ¿qué pasa cuando las grandes corporaciones se convierten en vecinos incómodos?
La Voz del Vecindario
Los residentes alrededor del complejo industrial no se han quedado callados. Uno incluso mencionó haber enfermado debido a esas emisiones. La respuesta oficial llegó a través del portavoz de Apple, Sean Redding, quien aseguró que «los problemas no representaban riesgos para el medio ambiente». Pero aquí estamos nosotros preguntándonos si eso es suficiente. Es evidente que este tipo de incidentes subraya una realidad inquietante: nuestras comunidades merecen más cuidado. Con una multa impuesta de 261,283 dólares, uno no puede evitar pensar si realmente hay un compromiso genuino por parte de estas empresas hacia nuestro planeta.
