El pasado 8 de diciembre, la Comisión Europea lanzó una advertencia contundente a Elon Musk y su plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. En un giro inesperado, la Unión Europea ha impuesto una multa de 120 millones de euros por las engañosas prácticas relacionadas con sus verificaciones en azul. Lo que antes era considerado un símbolo de autenticidad ha pasado a ser un simple truco que pone en riesgo a los usuarios.
Cambio radical en el significado del check azul
¿Te acuerdas cuando el check azul significaba que una cuenta pertenecía a una figura pública? Pues bien, eso quedó atrás. Ahora cualquiera puede conseguirlo pagando una suscripción y cumpliendo unos requisitos mínimos. La UE no se lo ha tomado a la ligera; tras dos años de investigación, han sentenciado que esta modificación es engañosa y propensa al fraude. Es decir, si quieres saber si alguien es quien dice ser, ya no puedes fiarte del check.
Un panorama más sombrío para los anunciantes
Aparte del tema de verificación, la falta de claridad en la base de datos publicitaria también ha sido señalada como culpable. ¿Quién está comprando anuncios? ¿Qué dicen realmente? Esta opacidad es inaceptable según las nuevas normas europeas sobre transparencia. Y no termina ahí: investigadores dedicados al estudio de desinformación se enfrentan a muros infranqueables para acceder a datos públicos vitales. Todo esto refleja un sistema que necesita urgentemente ajustes.
X tiene ahora 60 días para explicar cómo solucionará el problema del check azul y 90 días para adaptarse a las exigencias sobre publicidad y acceso a datos. Si no lo hacen, podríamos estar ante un escenario donde las multas sean cosa habitual y se exijan verificaciones reales en lugar de simplemente pagar por un estatus.
