El pasado martes, Apple decidió poner fin a las firmas de iOS y iPadOS 18.5, justo una semana después de haber lanzado la versión 18.6, que prometía arreglar algunos errores y mejorar la seguridad en nuestros dispositivos. Y aquí estamos, los usuarios de iPhone y iPad atrapados en un laberinto sin salida: no hay vuelta atrás.
La jugada maestra de Cupertino
Con esta medida, el gigante tecnológico nos deja claro que no podemos elegir volver a una versión anterior si ya hemos dado el salto a la última actualización. A muchos nos gusta personalizar nuestros dispositivos y tomar el control de nuestro software, pero Apple parece tener otros planes en mente.
Las razones detrás del cierre
Antes era común que quienes se aventuraban con jailbreaks usaran los retrocesos para instalar versiones más viejas y vulnerables a sus trucos. Pero cuando Apple se dio cuenta de esto, empezó a cerrar esos caminos rápidamente tras cada nueva actualización. Sin embargo, incluso aquellos que no son fanáticos del jailbreak recurren a estas opciones; ¡quién no ha deseado dar un paso atrás tras una actualización problemática!
Aún así, existe una pequeña luz al final del túnel: si estás usando una versión anterior al 18.5, puedes seguir actualizando hacia ella gracias al método DelayOTA que ofrece un periodo de gracia de 90 días después del cierre de las firmas. Sin embargo, es evidente que muchos consideran injusto que no tengamos la libertad total sobre nuestras propias máquinas.
Es triste pensar que nuestra elección se ve limitada por una compañía que simplemente no quiere dejar escapar el control sobre lo que podemos o no hacer con nuestros dispositivos. Y quizás sea hora de cuestionar si deberíamos dejar esto en manos del gobierno para forzar un cambio necesario en favor del usuario.
