Hoy, el director comercial de EE. UU., Peter Navarro, ha vuelto a dirigir su artillería contra Apple. En una entrevista con Fox Business, sugirió que la compañía cree que es «demasiado grande para los aranceles», lo que podría significar que esperan un trato preferencial que, sinceramente, parece no llegar nunca.
Este mismo semana, Navarro ya había atacado a Tim Cook en CNBC, señalando su falta de acción para mover la fabricación de Apple fuera de China. Para él, esto no es más que la telenovela más larga de Silicon Valley. Y la verdad es que tiene razón; cada vez que Cook pide más tiempo para trasladar sus fábricas, uno se pregunta si realmente está haciendo algo al respecto. Con los avances tecnológicos y el impulso hacia la inteligencia artificial, parece casi impensable que no pueda producir iPhones en otros lugares.
Las consecuencias del tirón del comercio internacional
A medida que la administración Trump renegocia acuerdos comerciales y lanza nuevos aranceles sobre países como Filipinas o Japón (¡hasta un 36%!), Apple se encuentra atrapada en medio del fuego cruzado. Trump ha dejado claro varias veces que espera ver a Apple fabricando sus productos en suelo estadounidense. Pero muchos expertos dicen que eso es casi una misión imposible: no solo por el coste del movimiento y la creación de nuevas fábricas equipadas con tecnología avanzada, sino también por la falta de mano de obra cualificada aquí en casa.
El dilema de los componentes globales
No podemos olvidar cómo Apple obtiene piezas desde más de 50 países diferentes y minerales raros desde 79 lugares distintos. Pensar que podrían conseguir todo lo necesario solo desde un país es poco realista. Y aunque lograsen ensamblar algunos iPhones aquí con empleados capacitados, el coste sería tan elevado que probablemente haría volar por los aires el precio final del producto.
Aunque Trump amenazó con un arancel del 25% si no hay cambios inminentes, esto nos deja pensando: ¿realmente puede Apple dar ese salto? Mientras tanto, Navarro sigue insistiendo en su postura y muchos nos quedamos preguntándonos si alguna vez veremos esos iPhones ‘made in USA’.