En un giro inesperado de los acontecimientos, Apple ha sido condenada a pagar 150 millones de euros (aproximadamente 162 millones de dólares) por la Autoridad de Competencia de Francia. Esta sanción surge tras la implementación de su marco de Transparencia en el Seguimiento de Aplicaciones (ATT), que, según los reguladores franceses, no solo complica innecesariamente la vida a los usuarios que desean optar por no ser rastreados, sino que también perjudica injustamente a los desarrolladores y proveedores de publicidad externos.
A partir del lanzamiento del iOS 14.5 en 2021, esta funcionalidad obligaba a las aplicaciones a solicitar permiso mediante un aviso emergente antes de seguir el rastro del usuario entre diferentes apps y páginas web. Si alguien decide negarse, se le cierra el acceso al Identificador para Anunciantes (IDFA), esa herramienta clave que permite ofrecer anuncios personalizados. Pero aquí está lo jugoso: aunque la ATT como concepto no es anticompetitiva, la forma en que Apple la aplica genera una falta clara de neutralidad.
Una trampa disfrazada de protección
El organismo regulador no se anduvo con rodeos al afirmar que este sistema era “ni necesario ni proporcional” para cumplir con el supuesto objetivo declarado por Apple: proteger los datos del usuario. De hecho, su metodología para pedir consentimiento introduce un fricción innecesaria para aquellos desarrolladores ajenos a Apple. ¡Y ojo! Los propios servicios publicitarios de Apple están integrados directamente en iOS y esquivan este mismo laberinto burocrático, lo que hace saltar las alarmas sobre cómo la compañía utiliza su control sobre la plataforma para favorecer sus propios intereses.
Efectos económicos devastadores
No solo se trata de una cuestión técnica; esto tiene graves repercusiones económicas. Muchos creadores de apps gratuitas dependen del publicidad dirigida para obtener ingresos. La aplicación rigurosa del ATT tal como está ha causado un verdadero daño financiero, especialmente entre aquellos pequeños editores con acceso limitado a datos primarios. Todo comenzó en 2021 cuando varias asociaciones comerciales francesas decidieron alzar la voz contra esta situación y presentar una denuncia formal.
A pesar de defender su postura asegurando que ATT da más control sobre la privacidad del usuario -con mensajes claros y consistentes- Apple expresó su decepción ante esta decisión sin indicar si recurriría o no esta multa abultada. Ahora tienen siete días para publicar públicamente esta resolución en su página web. Y mientras tanto, otras naciones europeas como Alemania e Italia están echando un vistazo más cercano a este asunto buscando si realmente afecta las normas competitivas al dificultar el acceso a información esencial para hacer publicidad efectiva.