La historia se desenvuelve en un mar de secretos tecnológicos y filtraciones. Este año, el popular YouTuber Jon Prosser ha estado en el ojo del huracán tras compartir varios vídeos donde mostraba lo que decía ser un adelanto de iOS 19, que al final Apple reveló como iOS 26 en la WWDC de junio.
En su primer vídeo de enero, Prosser presentó un rediseño de la aplicación Cámara con botones más sencillos para alternar entre modos foto y video. Luego, en marzo, durante un episodio de su pódcast Genius Bar, mostró la aplicación Mensajes, adornada con botones redondeados y esquinas suaves alrededor del teclado. Y no quedó ahí; en abril publicó otro vídeo que ofrecía una mirada más completa al nuevo diseño de Liquid Glass que finalmente aterrizó en iOS 26.
El Centro del Escándalo
Aunque el rediseño de la cámara no coincidió exactamente con lo que Apple lanzó, la idea general fue bastante acertada. Eso no pasó desapercibido para Apple, quien hoy decidió presentar una demanda contra Prosser y Michael Ramacciotti por apropiación indebida de secretos comerciales.
La denuncia detalla cómo supuestamente se gestaron las filtraciones a partir de un iPhone en desarrollo perteneciente a Ethan Lipnik, un amigo empleado por Apple. Según Apple, Prosser y Ramacciotti urdieron un plan para acceder al teléfono de Lipnik, obteniendo su código y rastreando su ubicación para saber cuándo podría estar ausente durante un tiempo prolongado. ¡Menuda jugada!
Consecuencias Graves
Parece ser que Ramacciotti accedió al iPhone en desarrollo e hizo una llamada por FaceTime a Prosser, mostrando cómo funcionaba el nuevo sistema operativo. Y claro está, Prosser grabó esa llamada para luego usarla como base para sus vídeos.
Aún más preocupante es que el teléfono contenía información sensible sobre Apple que aún no había sido revelada públicamente. La empresa ahora busca proteger sus secretos comerciales demandando a ambos y solicitando una orden judicial para evitar futuras divulgaciones.
No solo eso; Lipnik ya ha perdido su trabajo debido a esta brecha grave en las políticas de seguridad de Apple. Por si fuera poco, cuando se dio cuenta del problema tras ver reconocidos detalles de su apartamento en la grabación, ni siquiera lo comunicó a la compañía.
En medio del caos generado por esta situación, Jon Prosser se defiende alegando que no tenía conocimiento sobre el entramado y espera poder dialogar con Apple sobre lo sucedido: «Ciertamente no planeé acceder a ningún teléfono». Su versión añade más leña al fuego mientras todos observamos expectantes cómo se desarrolla este capítulo lleno de intrigas tecnológicas.