En un giro inesperado de los acontecimientos, Apple ha decidido llevar su pelea a un tribunal federal estadounidense. ¿La razón? Un baneo que afecta a sus modelos de Apple Watch con capacidades de monitoreo de oxígeno en sangre. La compañía argumenta que esta decisión se basa en una disputa de patentes relacionada con un producto competidor que aún no ha visto la luz del día.
Este lunes, los abogados de Apple se presentaron ante un panel de tres jueces en el Corte de Apelaciones del Circuito Federal, buscando revertir una decisión tomada por la Comisión Internacional de Comercio (ITC) en 2023. Esta resolución prohibió la importación de los modelos Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra 2, acusando a Apple de infringir patentes relacionadas con la oximetría, es decir, el cálculo del nivel de oxígeno en sangre a través de sensores no invasivos.
Una batalla legal peculiar
El origen del conflicto proviene de una denuncia presentada por Masimo, una firma californiana dedicada a la tecnología médica. Según ellos, Apple violó sus derechos sobre ciertas tecnologías antes incluso de que Masimo lanzara su primer smartwatch al mercado. Su dispositivo, el W1, que también tiene seguimiento del oxígeno en sangre, no vio la luz hasta 2022—dos años después de que Apple introdujera esta característica con su Series 6.
¿Justicia o injusticia?
A lo largo del juicio, los abogados defensores de Apple sostuvieron que la ITC actuó injustamente. Argumentaron que cuando Masimo presentó su demanda en 2021, todavía no tenía un producto competitivo disponible para ofrecer al público. “Esto ha privado a millones de usuarios del Apple Watch” del uso del sensor, enfatizó uno de los letrados.
No obstante, el abogado representante de Masimo contraatacó diciendo que Apple intentaba “reescribir las reglas” al sugerir que solo deberían bloquearse las importaciones cuando existe un producto físico y comercializado al momento de presentar la denuncia.
A finales de octubre del año pasado, la ITC había fallado a favor de Masimo determinando que las prácticas comerciales empleadas por Apple infringían varias patentes. Tras una breve pausa concedida por el Circuito Federal en diciembre pasado, el baneo fue reinstaurado en enero y obligó a Apple a ajustar sus dispositivos para poder seguir vendiéndolos sin problemas legales; así fue como se desactivó temporalmente el sensor para el mercado estadounidense.
A medida que este caso sigue bajo revisión por parte del circuito judicial federal, todos estamos expectantes: ¿qué decisión se tomará más adelante este año?