Apple ha sido condenada a abonar la friolera de 110,7 millones de dólares a TOT Power Control, una compañía española que ha puesto en jaque a la gigante tecnológica por infringir sus patentes de tecnología inalámbrica. La noticia ha resonado fuerte y claro tras el veredicto del jurado, que determinó que los transceptores empleados en los dispositivos de Apple dependen de la tecnología 3G perteneciente a TOT.
Una historia de innovación y lucha
Fundada por el ingeniero Álvaro López-Medrano, TOT ha patentado un método revolucionario para gestionar cómo se utiliza la energía en función de las variaciones en la señal de radio y las interferencias. Curiosamente, esta pequeña empresa no fabrica productos; su enfoque es más bien el desarrollo tecnológico puro, algo que les llevó a demandar también a gigantes como LG, Samsung y Verizon.
Un acercamiento fallido y un futuro incierto
En 2021, TOT trató de llegar a un acuerdo con Apple, ofreciendo licenciar su tecnología. Pero como suele pasar en estas historias, Apple se negó rotundamente junto con otras empresas del sector. Aunque intentaron desestimar las patentes asegurando que eran inválidas, el tribunal no compró su defensa. La decepción fue palpable cuando representantes de Apple comentaron que estaban desilusionados con la decisión y anunciaron planes para apelar. En definitiva, este episodio pone sobre la mesa no solo una batalla legal sino un debate más amplio sobre la protección de innovaciones tecnológicas en un mundo donde lo justo parece quedar siempre relegado.