En un giro vertiginoso de los acontecimientos, Apple ha decidido actuar con urgencia. ¿La razón? El anuncio del presidente Donald Trump sobre unos aranceles desmesurados que podrían llegar hasta el 104% a productos importados de sus socios comerciales. En este contexto, la compañía de la manzana ha solicitado a sus proveedores que envíen la mayor cantidad posible de dispositivos premium a Estados Unidos por vía aérea. Todo lo que supere los 3,000 dólares está en la lista de prioridades.
Una carrera contrarreloj
Con el reloj corriendo y el plazo apremiante, Apple no está sola en esta locura; gigantes como Dell, Microsoft y Lenovo también están moviendo piezas para sortear este obstáculo antes del 9 de abril, día en que estos aranceles entran en vigor. Un ejecutivo de uno de sus proveedores confesó: «Recibimos una llamada urgente para hacer tantos dispositivos electrónicos como fuera posible y enviarlos por aire». Pero aquí viene el problema: escasez de componentes y materiales. La situación es complicada.
Un impacto visible
Las dificultades logísticas son palpables. Los proveedores luchan por cumplir con los pedidos mientras se enfrentan a plazos ajustados y la presión constante del tiempo. Las aduanas debían completarse antes de la medianoche del 8 de abril, creando lo que un gerente internacional de envíos aéreos describió como «una carrera contra el reloj». Y mientras tanto, las exportaciones chinas reciben su mayor golpe tarifario hasta ahora.
Aparte del caos inmediato, Apple lleva tiempo evaluando estrategias para minimizar el impacto de estos aranceles tan severos. India ha ido ganando terreno como un centro productivo clave para la empresa, planeando incrementar la producción local de iPhones a unos 25 millones, lo que podría cubrir cerca del 50% de la demanda estadounidense en 2025.
Todo esto ya ha afectado drásticamente las acciones de Apple, que han caído casi un 23%. Mientras Tim Cook busca una solución política más permanente tras haber obtenido exenciones anteriormente durante el mandato anterior, el reto es mayor ahora. La dualidad entre ajustes logísticos inmediatos y estrategias políticas para el futuro se hace evidente.