Hoy, Apple ha recibido un duro golpe al ser rechazada su petición para apelar la decisión del Tribunal de Apelación de Competencia del Reino Unido. Este tribunal ya había dictaminado que las prácticas de comisiones de Apple en su App Store eran ilegales y podrían acarrear daños que superarían los 1.000 millones de dólares. Es un momento decisivo, no solo para la empresa, sino también para más de 1.500 desarrolladores británicos que decidieron alzar la voz.
La lucha contra el monopolio
El caso se remonta a 2023, cuando estos desarrolladores denunciaron que las tarifas impuestas por Apple eran excesivas en aplicaciones pagadas y compras dentro de las mismas. Y lo cierto es que el tribunal estuvo de acuerdo: Apple tiene un monopolio claro en la venta y distribución de aplicaciones para iPhone. Esa posición dominante significa, ni más ni menos, que los precios elevados terminan cayendo directamente sobre nosotros, los consumidores.
Un pasado olvidado
Y si esto no fuera suficiente, el tribunal también recordó unas palabras del mismísimo Steve Jobs en 2008: él decía que la intención de Apple no era lucrarse con la tienda, sino simplemente cubrir costos operativos. ¿Dónde quedó esa promesa? Los demandantes argumentan que el actual sistema de comisiones ha divergiendo tanto del enfoque inicial que resulta inaceptable.
Ahora, con este nuevo revés judicial, Apple tiene una opción más: recurrir directamente al Tribunal de Apelación para seguir luchando contra esta decisión. Sin embargo, lo que está claro es que esta batalla no solo afecta a los gigantes tecnológicos; afecta a todos nosotros como usuarios y consumidores.
