Hoy, 22 de octubre de 2025, Apple ha lanzado su renovado MacBook Pro de 14 pulgadas con el nuevo chip M5, y no hemos podido resistir la tentación de hacer una comparativa con su predecesor, el M4. La pregunta en el aire es: ¿ha mejorado realmente?
Al abrir la caja del M5, uno podría pensar que no hay nada diferente a simple vista. De hecho, el diseño sigue siendo idéntico. Pero si nos adentramos un poco más, encontramos un chip M5 que promete ser más potente gracias a su tecnología de 3 nanómetros.
Mejoras internas significativas
En las pruebas de Geekbench 6, el nuevo M5 se alza con un puntaje en modo single-core de 4220, frente a los 3834 del M4. En multi-core también hay avances: 16781 para el M5 y 15453 para su antecesor. Apple asegura que la velocidad del CPU ha aumentado hasta un 15%.
No solo eso; la GPU también ha dado pasos agigantados, logrando un puntaje OpenCL de 48101, mientras que el M4 se queda en 38023. Y lo mejor: según Apple, estos gráficos son ahora hasta un 30% más veloces.
Pero, ¿merece la pena cambiar?
Aunque todo esto suene impresionante, en el uso diario es difícil notar diferencias palpables entre ambos modelos a menos que seas un apasionado del video editing o la renderización 3D. Para esos usuarios exigentes sí puede ser una mejora digna.
Aun así, no hay razones poderosas para dar el salto del M4 al M5 si ya tienes el anterior modelo. Sin embargo, si todavía trabajas con una máquina Intel o alguna versión más antigua de los MacBook Pro M-series, entonces ahí sí te aseguro que verás una diferencia abismal.
