En el revuelto escenario tecnológico, Google se encuentra atrapado en un laberinto antimonopolio tras una decisión judicial el año pasado que lo declaró dominante en el mercado de búsqueda online. Y ahora, la historia se complica aún más. El Departamento de Justicia (DOJ) ha decidido dar un paso al frente, exigiendo nuevamente que Google venda Chrome, e incluso podría pedir que se deshaga de Android. ¿Por qué? Porque quieren desafiar esa posición dominante y fomentar una competencia justa.
La lucha por la competencia
La propuesta revisada del DOJ, presentada ante el juez Amit Mehta, refuerza esta idea: desmantelar las propiedades clave de Google es la única solución viable para solucionar su problema de monopolio. Con el respaldo de 38 fiscales generales estatales, este plan busca romper la asfixiante influencia de Google en el mercado. Al vender Chrome, otros motores de búsqueda tendrían una oportunidad real para ganar usuarios y competir en igualdad de condiciones.
Cambios importantes en la estrategia
Un cambio significativo en esta nueva propuesta es que ya no se exige a Google desprenderse de sus inversiones en inteligencia artificial; ahora optan por una vigilancia más estricta sobre sus movimientos. Sin embargo, todavía mantienen la opción abierta para forzar a Google a soltar Android si las cosas no mejoran. Todo esto indica que están dispuestos a actuar si es necesario.
Desde Google han respondido con contundencia ante estas demandas, tildándolas de exageradas y afirmando que se trata más bien de proteger sus acuerdos con socios comerciales que de implementar cambios radicales. En definitiva, estamos ante un enfrentamiento donde los gigantes tecnológicos luchan por mantener su imperio frente a las exigencias del gobierno por un espacio competitivo más saludable.