En un giro sorprendente de los acontecimientos, se ha revelado que Google está poniendo sobre la mesa sumas enormes de dinero para asegurarse de que su aplicación Gemini esté preinstalada en los dispositivos de Samsung. Desde enero, según el vicepresidente de la compañía, estas transferencias mensuales han estado fluyendo, y no son moco de pavo. ¿Es esto lo que significa ser un gigante tecnológico hoy en día?
Un juego arriesgado
Google intenta defenderse frente a las acusaciones de violar leyes antimonopolio mientras lleva a cabo este tipo de prácticas. El contrato firmado con Samsung tiene una duración de dos años y establece pagos fijos por cada dispositivo que tenga Gemini preinstalado. ¡Y eso no es todo! También se lleva una parte del pastel: Google paga a Samsung un porcentaje de los ingresos generados por la publicidad dentro de la app.
El eco del pasado
No es la primera vez que vemos a Google haciendo malabares con estas tácticas. En el pasado, desembolsó nada menos que 8 mil millones para que sus servicios como Play Store y Assistant fueran predeterminados en los dispositivos Samsung entre 2020 y 2023. Esto ya había levantado ampollas entre expertos y consumidores, quienes cuestionan si este tipo de alianzas están perjudicando al ecosistema Android.
A medida que avanza el juicio federal donde se acusa a Google, surgen más interrogantes sobre cómo esto afectará nuestra interacción diaria con sus productos. ¿Estamos ante un monopolio encubierto? La situación se complica aún más cuando otras empresas como Microsoft o Meta también han intentado hacer ofertas similares a Samsung para promover sus propias aplicaciones.
Con todo esto sobre la mesa, parece claro que Google está decidido a mantener su dominio en el ámbito tecnológico, incluso si eso significa jugar rudo. Si las cosas no salen bien para ellos en este juicio, podríamos ver cambios significativos en cómo nos relacionamos con sus herramientas digitales.