En un giro inesperado de los acontecimientos, la Administración Trump ha decidido hacer sonar la alarma. Este martes, han hecho pública una advertencia a la Unión Europea, presionando para que se reduzcan esas regulaciones que afectan a gigantes tecnológicos como Google, Apple, Amazon y Meta. Todo esto en medio de un ambiente tenso donde el futuro del comercio global parece estar en juego.
A través de un mensaje en redes sociales, la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos no ha dudado en amenazar con represalias si la UE continúa su ofensiva contra las empresas estadounidenses. “Si persisten en su camino discriminatorio”, advierten, “los EE.UU. implementarán tarifas y restricciones sobre servicios extranjeros”. Esas palabras son serias y van dirigidas también a empresas europeas como Accenture, DHL, y más.
Un panorama complicado para las tecnológicas americanas
No es novedad que las compañías estadounidenses han sido objeto de demandas y multas constantes por parte de la Unión Europea. En este sentido, los servicios ofrecidos por estas empresas no solo son valorados sino que además generan millones de empleos y aportan más de 100 mil millones en inversiones directas en Europa. Sin embargo, a pesar de los intentos diplomáticos por resolver estos conflictos, poco avance se ha logrado.
“Si quieren seguir obstaculizando nuestra competitividad”, dice el comunicado, “no tendremos más remedio que responder con todas nuestras armas”. Y eso incluye imponer tarifas o restricciones sobre servicios extranjeros. Todo ello mientras se señala que estas medidas no están dirigidas al bienestar del consumidor, sino a frenar el crecimiento estadounidense.
Cambios radicales bajo el DMA y DSA
Bajo las nuevas leyes conocidas como el Acta de Mercados Digitales (DMA) y el Acta de Servicios Digitales (DSA), Apple y otras compañías han tenido que realizar ajustes significativos en sus operaciones dentro del territorio europeo, enfrentándose incluso a sanciones millonarias; recordemos los 500 millones impuestos a Apple o los 200 millones a Meta este año. La lista sigue creciendo.
A lo largo de una audiencia reciente del Comité Judicial de la Cámara Baja estadounidense, varios expertos coincidieron en señalar que esta regulación discriminatoria pone en jaque no solo la innovación americana sino también toda idea sana de competencia justa. El representante Scott Fitzgerald fue claro: “El DMA no protege al consumidor; es una trampa para limitar nuestras empresas”. Y así es como muchos ven este escenario: una redistribución forzada donde aquellos que deberían competir quedan relegados frente a sus rivales extranjeros.
