En una decisión que no deja lugar a dudas, la jueza Leonie Brinkema ha puesto a Google en el centro del huracán, declarando que su dominio en el mundo de la publicidad online es ilegal. Esta noticia ha sacudido los cimientos del imperio publicitario de la compañía, acusada de «adquirir y mantener deliberadamente un poder monopólico» en mercados clave. ¿Quién lo diría? La misma empresa que todos conocemos por sus ingeniosas herramientas ahora se enfrenta a graves acusaciones.
Un juego desleal
Los editores que querían usar el intercambio publicitario de Google se veían obligados a utilizar también su servidor publicitario. Eso ha dejado a las plataformas competidoras con un pie fuera del juego. Para colmo, características como «First Look» y «Last Look» han favorecido aún más a Google al darle ventajas sobre otros competidores. Esto se traduce en una clara ventaja para ellos, mientras que los demás luchan por sobrevivir.
Las consecuencias están a la vista
La situación es aún más preocupante cuando nos enteramos de que las reglas de precios unificadas impuestas por Google han limitado las estrategias de precios que los editores podían utilizar. Todo esto ha beneficiado al crecimiento del monopolio publicitario, pero ha perjudicado gravemente tanto a anunciantes como a consumidores. El tribunal ha señalado que estas prácticas han hecho daño real y tangible.
A medida que se avecinan decisiones importantes sobre cómo remediar esta situación, parece claro: Google podría verse obligado a desprenderse de partes fundamentales de su negocio y ajustar su manera de operar para evitar caer nuevamente en prácticas anticompetitivas. Y mientras tanto, la lucha continúa; Google también tendrá que prepararse para enfrentar al Departamento de Justicia por su dominio en las búsquedas online. Este es solo el comienzo.