Las acciones de Apple han sufrido un nuevo varapalo, cayendo un 4% en las primeras horas de este viernes. Este descenso no ha sido una sorpresa total, ya que seguía la estela del dramático 9% que se registró el jueves, borrando casi $300 mil millones de su valor en bolsa. La razón detrás de esta debacle no es otra que la respuesta contundente de China a las políticas comerciales del presidente Trump.
Una guerra comercial sin precedentes
En un movimiento que ha dejado a muchos atónitos, el Ministerio de Finanzas chino anunció una tarifa recíproca del 34% sobre las importaciones estadounidenses, efectiva a partir del próximo 10 de abril. Esto se produce justo un día después de que entren en vigor los nuevos aranceles propuestos por Trump. Pero eso no es todo; también han limitado la exportación de elementos raros esenciales para la fabricación tecnológica y han añadido a 11 empresas estadounidenses a su lista negra.
Dilemas en el horizonte para Apple
Para Apple, esto representa una amenaza real y palpable. A pesar de sus esfuerzos por diversificar su cadena de suministro durante los últimos años, sigue siendo dependiente de la manufactura china. La combinación del nuevo arancel del 34% con el ya existente 20% resulta en una tasa efectiva escalofriante del 54%. Y ni siquiera los países donde Apple había intentado expandir su producción—como India o Vietnam—se libran, ya que también están bajo la mira con tarifas superiores al umbral global establecido por Trump.
Los analistas advierten que se avecinan tiempos difíciles para la manzana mordida. Podrían verse obligados a subir los precios en Estados Unidos hasta un 30%, algo que podría impactar severamente sus márgenes de ganancia. En resumen, estamos ante una tormenta perfecta donde los únicos afectados son los consumidores y el mercado global.