Nos encontramos en un momento en que la inteligencia artificial ha entrado de lleno en nuestras vidas, especialmente desde que herramientas como ChatGPT se volvieron cotidianas. Pero, ¿qué pasa cuando la última novedad tecnológica no cumple con nuestras expectativas? Durante una semana, decidí llevar el Plaud NotePin en mi muñeca para descubrir si realmente vale la pena o si se trata de un gadget que podría haber sido simplemente una aplicación.
Diseño y funcionalidad: primeras impresiones
A primera vista, el diseño del NotePin es atractivo. Es un dispositivo pequeño y liviano que se puede usar de varias maneras: como pulsera, colgante o clip. Sin embargo, debo admitir que no era tan fácil olvidar que lo llevaba puesto. A menudo me encontraba ajustándolo por su ligereza pero también por su forma algo peculiar; tenía un reloj en una muñeca y este dispositivo en la otra. Pero bueno, a veces hay que arriesgarse por la tecnología.
¿Vale la pena el precio?
No obstante, el aspecto más preocupante fue su precio. Con un coste inicial de 159 euros y una suscripción adicional para desbloquear todas las funciones después de un periodo de prueba gratuito, es difícil justificar esta inversión. En total, podrías estar pagando hasta 399 euros el primer año solo por usarlo. Eso sin contar los accesorios extra que vendrán a sumarse a la cuenta.
La calidad de grabación y transcripción fue aceptable pero no espectacular; quizás necesitaba ser excepcional para avalar ese precio desorbitado. Grababas con facilidad, pero luego había que esperar a que subiera al nube para transcribirlo. En mi caso, eso significó esperar unos minutos más de lo esperado.
En resumen, aunque el Plaud NotePin tiene potencial con características interesantes como mapas mentales y resúmenes organizados de conversaciones, no puedo evitar sentir que todo esto podría hacerse mejor desde nuestra propia pocket device sin necesidad de depender tanto del almacenamiento en la nube.