Un tribunal federal ha dado un golpe sobre la mesa, frenando las tentativas del expresidente Donald Trump de imponer unos aranceles brutales a productos importados, entre ellos nuestros queridos iPhones. Esta decisión podría haber evitado que los precios se dispararan más allá de los 4.000 dólares en Estados Unidos.
La Corte de Comercio Internacional decidió por unanimidad bloquear una serie de órdenes tarifarias que la administración Trump pretendía implementar bajo el paraguas de poderes ejecutivos de emergencia. Con tres jueces al frente, el veredicto fue claro: el International Emergency Economic Powers Act (IEEPA) de 1977 no le da al presidente la potestad para poner aranceles sin el visto bueno del Congreso.
Tocando el bolsillo
Aunque estos planes no habían entrado en vigor, ya estaban causando un buen revuelo en el mercado, especialmente para Apple, una empresa que vive y respira manufactura internacional. Imagina esto: un iPhone 16 Pro Max con 1TB podría haberse ido a más de 4.300 dólares. Eso es un golpe duro para cualquier bolsillo.
Cambio de rumbo necesario
El tribunal argumentó que permitir a Trump actuar así sería como tirar a la basura la separación de poderes y darle carta blanca al presidente para decidir sobre temas tan cruciales como este. Las proyecciones ya apuntaban a subidas importantes en los precios, incluso antes de entrar en este lío tarifario; Apple no ha movido su precio desde 2020 y todos sabemos que los consumidores siempre terminan pagando las consecuencias.
Esta decisión se produce tras dos demandas presentadas por el Liberty Justice Center, defendiendo a varias empresas estadounidenses y otra coalición liderada por Oregón. A fin de cuentas, lo importante aquí es recordar que cada vez que hablamos de tarifas y comercio internacional, estamos hablando directamente del impacto en nuestras vidas diarias.