Esta semana, Apple nos sorprendió con sus nuevos modelos de MacBook Air y Mac Studio, incorporando chips M4 y M3 Ultra que prometen ser más rápidos y eficientes. Sin embargo, hay un detalle que no podemos pasar por alto: no cuentan con soporte para Wi-Fi 7. Mientras todos esperábamos una evolución tecnológica, la realidad es que tanto el nuevo MacBook Air como el Mac Studio siguen anclados en el pasado, ofreciendo solo Wi-Fi 6E.
Una decisión desconcertante
Claro, el Wi-Fi 6E permite acceder a la banda de 6GHz en routers compatibles, pero no es lo último ni lo más veloz del mercado. El Wi-Fi 7, conocido también como IEEE 802.11be, promete velocidades teóricas hasta cuatro veces más rápidas que su antecesor y una mejor gestión de múltiples dispositivos conectados. Su característica estrella es la Multi-Link Operation (MLO), que combina varias frecuencias en una sola conexión para un rendimiento óptimo. Pero aquí estamos, preguntándonos por qué Apple decidió dejarlo fuera de sus nuevos Macs.
Un contraste curioso con los iPhone 16
No sorprende del todo esta elección si tenemos en cuenta que los modelos de MacBook Pro lanzados el año pasado tampoco incluyen soporte para Wi-Fi 7. Sin embargo, resulta extraño cuando vemos que todos los iPhone 16 lanzados en septiembre sí vienen equipados con chips de última generación. Sí, esos iPhones tienen Wi-Fi 7… pero ojo: Apple ha limitado su uso a un ancho de banda de 160MHz en vez del máximo permitido de 320MHz. En otras palabras, ni siquiera están aprovechando todo lo que podría ofrecerles este nuevo estándar.
Aunque es cierto que la falta de Wi-Fi 7 podría haber brindado un poco más de futuro a quienes piensan en comprar un Mac ahora mismo, la verdad es que las ventajas prácticas no estarán al alcance de todos durante bastante tiempo. Por lo tanto, para la mayoría de usuarios de Mac, esta ausencia no debería ser un factor determinante a la hora de decidirse por comprar uno nuevo.
