¿Quién diría que una empresa con tanto talento y recursos como Meta decidiría hacer limpieza en su plantilla justo cuando las cosas van bien? Esta semana, el gigante de las redes sociales ha comenzado otra ronda de despidos, afectando a alrededor de 4.000 empleados, un 5% de su personal. La noticia cayó como un jarro de agua fría: muchos se encontraron con un mensaje que les daba solo una hora para recoger sus cosas antes de perder acceso a sus cuentas. Es una jugada desesperada, ¿no crees?
Un cambio drástico y costoso
Pero eso no es todo. Al mismo tiempo que se despide a estos trabajadores, Meta está en plena búsqueda de nuevos talentos para desarrollar inteligencia artificial (IA). Según Zuckerberg, la compañía planea invertir ¡más de 65 mil millones de dólares! en IA este año. Para poner esto en perspectiva, han gastado unos 60 mil millones desde 2019 en su división Reality Labs.
Desesperación disfrazada de estrategia
Parece que esta obsesión por la IA no es solo parte del futuro brillante que pintan; hay algo más inquietante detrás. Mientras Reality Labs ha estado generando ingresos saludables desde 2020, ahora Meta parece estar apuñalando su propia fuerza laboral para centrarse casi exclusivamente en la publicidad personalizada impulsada por IA. Sin embargo, aquí es donde la cosa se pone turbia: los empleados despedidos habían recibido buenas evaluaciones y hoy son etiquetados como ‘bajos rendimientos’. ¿Es eso justo?