En un giro que ha dejado a muchos con la boca abierta, Rusia ha decidido bloquear FaceTime, la popular aplicación de videollamadas de Apple. Todo esto en un contexto donde el país busca silenciar cualquier forma de comunicación privada. Según Reuters, las autoridades rusas argumentan que FaceTime se utiliza para actividades delictivas, y que su prohibición es una medida necesaria para hacer cumplir la ley. Pero, ¿es realmente así?
El golpe a la libertad de expresión
La situación es alarmante. Esta no es solo otra aplicación en la lista negra del Kremlin; se suma a otras plataformas como Snapchat y Roblox, que también fueron bloqueadas esta semana. La sombra del monocultivo turístico digital se hace evidente cuando nos damos cuenta de que gigantes como Facebook, Instagram y Twitter ya son inaccesibles sin un VPN. Y por si fuera poco, YouTube está tan limitado que casi resulta inútil.
Un ataque a la privacidad
Con un comunicado del regulador ruso Roskomnadzor afirmando que FaceTime facilita el terrorismo y fraudes contra ciudadanos rusos, queda claro que el miedo al control total está presente. Los usuarios en Moscú ahora ven mensajes que dicen “Usuario no disponible” cuando intentan conectarse. Sin embargo, aunque Apple aún no ha retirado la app, los caminos hacia una comunicación libre están cada vez más cerrados.
Y es que tras este bloqueo se encuentra una lucha mayor: Rusia quiere controlar cada aspecto de nuestras interacciones digitales. A pesar de que FaceTime había logrado sortear los ataques iniciales al centrarse en aplicaciones más populares como WhatsApp o Telegram, ahora es su turno de caer bajo las garras del régimen.
