Las tecnologías emergentes que se desprenden de la tecnología biomédica, la nanotecnología, la tecnología de la información y otros campos, se están desarrollando a un ritmo rápido y pueden dar lugar a cualquier número de maneras de cómo la gente puede ser capaz de «actualizarse» a sí mismos.
Estas tecnologías, enfocadas ahora a hacer frente a las necesidades médicas y terapéuticas, podrían producir nuevas formas para que los seres humanos vayan más allá de los límites de su capacidad, por lo que sus mentes y sus cuerpos serán más resistentes y fuertes que nunca.
Pero una nueva encuesta del Pew Research Center muestra que la mayoría de los estadounidenses acogen la posibilidad de que estos avances se realicen con más cautela y preocupación que con entusiasmo y esperanza.
Tres tecnologías emergentes podrían mejorar la salud de las personas de forma radical
El estudio del Centro se centra en las reacciones del público de los EE.UU. a tres tecnologías emergentes que podrían mejorar radicalmente la salud de las personas, las capacidades cognitivas o las capacidades físicas. Los ejemplos específicos son edición de genes para dar a luz un bebé sano con menor riesgo de enfermedades y sin afecciones graves a su vida; la implantación de un chip de ordenador en el cerebro para traer al mundo una persona sana con gran mejora en la capacidad de concentrarse y procesar la información; y una transfusión de sangre sintética para dar a luz personas sanas mejorando mucho su velocidad, fuerza y resistencia.
Estos son sólo tres de las muchas mejoras posibles que científicos expertos en bioética dicen que podrían surgir de las tecnologías biomédicas actualmente en desarrollo. Fueron elegidos para capturar la gama de mejoras en el horizonte. Todos están ligados a los avances que se desarrollan en los laboratorios, tales como CRISPR para el empalme de genes o el Proyecto Human Connectome de la ciencia del cerebro, desarrollos que están intensificando los debates sobre los usos de las tecnologías emergentes.
Uno de los interrogantes más interesantes que emergen es: ¿Qué pasaría si, como sociedad, pudiésemos acabar prácticamente con la enfermedad?
Ninguna de las técnicas detrás de estas ideas se está utilizando para «fines de mejora» hoy en día, a pesar de ello, existen de alguna forma en el desarrollo de aplicaciones terapéuticas o médicas.
Cada uno de ellos plantean perspectivas potencialmente atractivas: ¿Qué pasaría si, como sociedad, pudiésemos acabar prácticamente con la enfermedad? ¿Qué pasaría si todos los humanos pudiesen elevar su capacidad de pensamiento? ¿Y qué pasaría si la «super sangre» sintética impulsara la destreza física a niveles de superhéroe? Estos son algunos de los planteamientos esenciales que dejan sobre la mesa estos tipos de tecnología emergentes.
