En una noche que prometía ser decisiva, el CEO de Apple, Tim Cook, se sentó a la mesa junto al presidente Donald Trump y otros grandes nombres de la tecnología tanto de Estados Unidos como de Japón. Fue en Tokio, un lugar lleno de simbolismo y oportunidades, donde se llevó a cabo una cena cerrada con el objetivo claro de impulsar la inversión japonesa en territorio estadounidense.
Un evento cargado de promesas
La cena tuvo lugar en la residencia del embajador estadounidense, George Glass. Durante el evento, Trump aprovechó para resaltar las expectativas sobre un financiamiento japonés que podría alcanzar hasta los 550 mil millones de dólares. Este acuerdo, negociado previamente este año, va acompañado de concesiones arancelarias sobre productos japoneses. Se escucharon palabras del secretario de Comercio, Howard Lutnick, quien mencionó compromisos potenciales por valor de casi 490 mil millones vinculados a inversiones japonesas.
Un elenco estelar en la mesa
No fue solo Cook quien brilló esa noche; entre los asistentes estaban nombres como Marc Benioff, CEO de Salesforce, Hiroshi Mikitani, presidente de Rakuten, y Toshihiro Mibe, presidente de Honda. Todos ellos son considerados auténticos titanes del mundo empresarial. Trump no escatimó elogios: “Son gente increíble”, dijo mientras aseguraba que Estados Unidos no decepcionaría a sus aliados.
Aunque Tim Cook no tomó la palabra durante esta velada tan estratégica y no se anunciaron inversiones específicas relacionadas con Apple, es innegable que Japón representa uno de los mercados más importantes para la compañía. Con proveedores clave como Sony o Sharp suministrando componentes esenciales, cada movimiento cuenta.
