En un giro inesperado de los acontecimientos, Donald Trump se ha dirigido a la prensa desde la Casa Blanca para hablar sobre las tarifas impuestas y cómo podrían afectar a gigantes como Apple. «La producción de Apple en China es insostenible«, afirmó sin tapujos. Y claro, tras decidir pausar algunos de los altísimos aranceles que había establecido, dejó entrever que podría haber esperanzas para ciertas compañías estadounidenses.
Cuando le preguntaron si consideraría liberar a algunas empresas de esos pesados impuestos en el futuro, Trump no dudó: «Con el tiempo, lo analizaremos». La idea de mostrar un poco de flexibilidad parece estar sobre la mesa. Recordemos que durante su primer mandato, Tim Cook, el CEO de Apple, logró convencerlo para que eximiera sus dispositivos de esas tarifas; sin embargo, esta vez las cosas no han sido tan fáciles.
Cambios en el mercado y reacciones
La semana pasada, estos aranceles desmesurados hicieron caer las acciones de Apple casi un 20%, pero hoy con la pausa temporal anunciada por Trump hemos visto una ligera recuperación, con las acciones volviendo cerca de los $200 después de abrir en $172. Pero aún así, hay que tener cuidado: aunque se aplazaron algunos aranceles especiales como los del 46% sobre Vietnam o el 32% sobre Taiwán por 90 días, esto no incluye productos provenientes de China.
¿Un futuro más sostenible para Apple?
Apple se enfrenta ahora a un tarifazo del 125% en todos sus productos que lleguen desde China. Sin embargo, sí puede traer dispositivos desde otros países como India o Vietnam con un impuesto mucho más bajo del 10%. A pesar del anuncio optimista sobre construir servidores en Houston, Texas por valor de $500 mil millones, parece claro que el corazón productivo de Apple seguirá latiendo lejos de casa. Tras todo este lío político y económico, queda una pregunta flotando: ¿realmente podemos esperar un cambio significativo o estamos ante otra jugada maestra?