Hoy, Donald Trump ha hecho un anuncio que seguramente va a dar mucho de qué hablar: un arancel del 100% sobre los semiconductores importados en Estados Unidos. Pero ojo, hay una excepción bastante relevante. Las empresas que se comprometan a construir sus fábricas aquí o que ya estén en proceso de hacerlo, no tendrán que pagar este impuesto tan elevado.
El presidente lo dejó claro: «Si estás construyendo en Estados Unidos o te has comprometido a hacerlo, no hay ningún cargo». Y añadió con firmeza que si esas promesas no se cumplen, los aranceles se irán acumulando y serán cobrados más tarde. Así de directo.
¿Qué significa esto para las grandes compañías?
Pensemos en Apple, por ejemplo. La compañía ha prometido invertir nada menos que 600 mil millones de dólares en manufactura estadounidense. Con esto, parece que evitarán esos temidos aranceles sobre los chips necesarios para sus dispositivos. Claro está, la incertidumbre sigue acechando porque estos cambios pueden afectar el costo de producción y la estrategia comercial.
La relación con otros países
Aunque la administración Trump había eximido anteriormente ciertos productos como el iPhone de tarifas recíprocas provenientes de países como China e India, ahora parece estar haciendo un giro drástico al prometer altos costos para las importaciones de chips. Durante una conferencia en la Casa Blanca junto al CEO de Apple, Tim Cook, se discutió esta nueva inversión en fabricación estadounidense sin dejar claro cuándo entrarán en vigor estos aranceles sobre semiconductores.
