En una jugada inesperada, el expresidente Donald Trump ha lanzado un dardo directo hacia Tim Cook, CEO de Apple. Durante su visita a Catar, Trump expresó su malestar por el crecimiento de la producción de iPhones en India, sugiriendo que el gigante tecnológico debería frenar esta expansión. «Tuve un pequeño problemilla con Tim Cook ayer», comentó Trump, dejando claro que no ve con buenos ojos las operaciones en el subcontinente.
Una oferta tentadora pero controvertida
Al parecer, India había presentado un trato atractivo para Apple: nada menos que eliminar aranceles. Pero Trump no se dejó llevar por las promesas y sentenció: «Tim, hemos sido muy buenos contigo. Hemos soportado todas las fábricas que construiste en China durante años. No estamos interesados en que construyas en India; ellos pueden encargarse solos». Con estas palabras, deja entrever un panorama complicado para la estrategia de Apple.
Un futuro incierto para la cadena de suministro
Si bien la producción de iPhones en India alcanzó los 22 mil millones de dólares este último año fiscal —un aumento cercano al 60%—, las declaraciones de Trump complican el plan de Apple para importar la mayoría de sus dispositivos desde allí hacia Estados Unidos antes del final del próximo año. A medida que las tensiones entre EE.UU. y China siguen en aumento, muchas empresas están replanteando sus estrategias.
Apple ha estado moviéndose rápidamente para diversificar su producción fuera de China tras los estragos causados por las restricciones del COVID-19. La mayoría de los iPhones fabricados en India provienen principalmente de la planta Foxconn en el sur del país, mientras que Tata Group juega un papel crucial al manejar otras operaciones locales.
En una reciente llamada sobre resultados financieros, Cook reflexionó sobre el futuro y admitió: «Aprendimos hace tiempo que tener todo concentrado en un solo lugar tenía demasiado riesgo asociado». Se espera que siga abriendo nuevas fuentes de suministro para evitar problemas similares a los pasados.
A pesar del revuelo político alrededor del tema, lo cierto es que Apple sigue apostando fuerte por su presencia en Estados Unidos con planes ambiciosos como invertir 500 mil millones de dólares durante los próximos cuatro años y abrir nuevas instalaciones. Una fábrica dedicada a servidores avanzados está programada para inaugurarse pronto en Texas.