La historia ha dado un giro inesperado y parece que estamos ante un verdadero culebrón tecnológico. Según la última información que ha salido a la luz, Oppo, una de las grandes del mundo de los smartphones, ha reclutado a un antiguo ingeniero de Apple Watch que supuestamente habría robado información confidencial y luego se la presentó a cientos de sus compañeros en la compañía china.
A finales de agosto, Apple lanzó su acusación contra Chen Shi, señalando que había sacado secretos comerciales relacionados con el Apple Watch para pasárselos a Oppo. Desde entonces, ambas empresas están en plena batalla legal. Apple sostiene que Oppo está ocultando información crucial mientras que Oppo se defiende diciendo que no hubo ningún secreto revelado.
Una presentación polémica
Lo más sorprendente es que Shi realizó una presentación sobre la tecnología de sensores de Apple, donde ofreció detalles sobre el desarrollo y los planes futuros de productos de la compañía californiana. Según los correos internos filtrados, Oppo estaba muy emocionada con esta charla titulada «La Filosofía y Metodología de I+D del Hardware Sensorial de Apple». ¡Como si fueran fanáticos buscando conocer los secretos detrás del telón!
Apple afirma que las diapositivas usadas en esta presentación provenían directamente de sus materiales internos y que Shi no solo mostró las imágenes, sino que también respondió preguntas específicas sobre el diseño del sensor en Apple. Por lo visto, Oppo no se quedó atrás y animó a Shi a compartir toda esa información sensible.
El tira y afloja judicial
No contenta con esto, Apple reclama al tribunal medidas cautelares para frenar a Shi y evitar que siga compartiendo información valiosa. También quieren aislar a esos empleados expuestos a sus secretos para protegerse frente a cualquier avance competitivo. Pero aquí entra en juego Oppo: ellos aseguran haber hecho una búsqueda exhaustiva en los sistemas accesibles por Shi y no encontraron rastro alguno de secretos comerciales.
Aparte, se dice que antes de dejar Apple, Shi descargó 63 archivos confidenciales y trató de borrar sus huellas digitales como si nada hubiera pasado. Ahora trabaja para Oppo desarrollando tecnología sensorial mientras asegura haber recogido todo lo posible sobre métodos para medir la frecuencia cardíaca.
Esta saga sigue abierta mientras ambos bandos luchan por demostrar su verdad en medio del revuelo mediático. En resumen, estamos ante un drama lleno de intriga donde las fronteras entre ética empresarial e innovación tecnológica parecen desdibujarse cada vez más.
