Hoy, Utah ha dado un paso valiente y necesario al aprobar el App Store Accountability Act, una ley que obliga a las tiendas de aplicaciones de gigantes como Apple y Google a verificar la edad de sus usuarios. Ya no será suficiente que cada aplicación se encargue de esto; ahora será la responsabilidad del propio sistema. Así lo anunció el gobernador de Utah, Spencer Cox, quien firmó el proyecto esta tarde. Se trata de una iniciativa pionera en Estados Unidos que busca proteger a nuestros menores en un mundo digital lleno de peligros.
Un cambio necesario para la seguridad infantil
A partir del 7 de mayo, cuando esta ley entre en vigor, cualquier cuenta nueva creada por un menor de 18 años deberá estar vinculada a la cuenta de sus padres. ¿Y qué significa esto? Que los padres tendrán que dar su consentimiento para cualquier compra dentro de las aplicaciones. Sin duda, una medida que parece lógica y necesaria.
La respuesta tibia de Apple
No obstante, mientras todo esto sucedía, Apple ya había anunciado algunas nuevas características destinadas a hacer que los niños naveguen más seguros por internet. Durante el proceso de creación de cuentas, preguntarán por el rango de edad del usuario y ofrecerán una opción llamada Connect to Family para facilitar ese consentimiento parental. Sin embargo, muchos críticos señalan que esto es solo un parche y no una solución real al problema.
Lo más preocupante es que Apple no quiere recopilar información tan sensible como la fecha de nacimiento a nivel general porque eso obligaría a todos los usuarios a entregar datos personales incluso si no están usando aplicaciones restringidas por edad. Al final, podría ser que tuviéramos que compartir documentos tan sensibles como licencias o números del Seguro Social solo para permitir a nuestros hijos acceder a contenido apropiado para su edad. Y seamos claros: eso no es ni seguro ni privado.
A pesar del empuje hacia leyes más estrictas sobre verificación de edad desde empresas como Meta (la madre de Facebook e Instagram), queda claro que muchas cuestiones aún están sin resolver. El tiempo dirá si este nuevo sistema logra cumplir con lo exigido por Utah o si quedará simplemente en buenas intenciones.
